Si Julio Verne volviera a escribir “La vuelta al mundo en 80 días” probablemente no sería tan atrevido y prolongaría el viaje de Fogg; especialmente para visitar Bangkok y descubrir destinos como Tailandia, sus paisajes, ciudades y cultura, que son un imán turístico. Hay quien compara a la capital tailandesa con otro hito de la ficción, «Blade Runner». Y lo cierto es que no es difícil imaginar escenarios del largometraje con el bullicio de los mercados a pie de calle, luces parpadeantes y enormes rascacielos, al tiempo que el centro más turístico rinde homenaje a su legado cultural y arquitectónico más importante.

Te propongo una visita a Bangkok con 7 paradas que considero imprescindibles.

Palacio Real de Bangkok

Hoy no hay reyes que aprovechen las estancias de este bello conjunto de edificios. En su lugar somos ejércitos de turistas los que nos contemplamos la belleza y lujo de que hace gala. El palacio preside una isla artificial defendida por murallas y canales. Es aconsejable visitar el recinto a primera hora de la mañana, cuando el sol comienza a dar luz a los colores de los puntiagudos tejados, dorados los unos y llamativos todos.

Wat Phra Kaew

Sin salir del recinto amurallado del Palacio Real, la siguiente visita nos lleva hasta el Templo del Buda de Esmeralda. Para los tailandeses es el templo más importante de Bangkok y uno de los más venerados de todo el país. La imagen de buda no es especialmente grande, pero sí su historia, que lo sitúa en varios países antes de acabar en este original y exuberante templo. Por doquier el oro hace gala de la singularidad de un templo donde hay monjes budistas, pero que es lugar de peregrinación por su relevancia religiosa.

Wat Phra Kaew

Wat Phra Kaew – Templo del Buda Esmeralda

Wat Pho

Al sur del Palacio Real o Gran Palacio de Bangkok se encuentra otro de los templos de la ciudad que constituyen la ruta viajera imprescindible. Es el Templo del Buda Reclinado. Si bien no es tan importante como el anterior, la gran estatua de Buda -46 metros de largo y 15 de alto- es un reclamo turístico mayor. La imagen está bañada en oro, aunque destaca también por los 180 iconos que hay en los 15 metros cuadrados de las plantas de los pies del Buda.

Wat Arun

Hay que cruzar el río Chao Phraya para llegar hasta el siguiente templo en nuestra ruta por Bangkok. La situación privilegiada de Bangkok al norte de la pronuncia bahía de Tailandia justifica su importancia estratégica. Sin embargo, para proteger más la ciudad, no se construyó a orillas del mar, sino abrazando al río. De hecho, el origen de Bangkok fue un mercado flotante de frutas, especias y alimentos de zona aguas del río Chao Phraya. Aún hoy se pueden ver las barcas de los vendedores afincados a la orilla del río. Pero en esta ocasión nuestro objetivo es otro.

Nos dirigimos a Wat Arun. Un templo budista característico por su alta torre que de noche quiere parecerse a la francesa torre de Eiffel. La originalidad del templo está en que la fachada está recubierta de porcelana y conchas marinas -lastre en los viajes de los cargueros de la ruta con China-. Lo cierto es que visitar este templo es más agradecido para la vista de noche que con luz diurna.

Maeklong

El Ayuntamiento de Bangkok ha tomado medidas recientemente para suprimir algunos de los mercados más populares y turísticos de Tailandia. Si hace unas décadas estos mercados eran una referencia para los vecinos de la ciudad, hoy en día las costumbres han cambiado. Los tailandeses prefieren la periferia de Bangkok y los mercados tan solo llenan sus puestos para que los turistas los fotografíen. Ante esta circunstancia el ayuntamiento ha cerrado en 2016 al menos dos mercados tradicionales.

Hay un mercado que persiste a pesar de que está claramente comprometida la seguridad de clientes y vendedores cada poco tiempo. Se trata del mercado de Maeklong, donde los mercaderes recogen sus puestos y se resguardan como pueden en el interior al tiempo que los turistas aprovechan hasta el último segundo para quitarse de las vías del tren por la que pasan varios convoyes cada día. Sencilla espectacular.

Wat Saket

En el centro antiguo de la ciudad de Bangkok una colina artificial se levanta ofreciendo una de las mejores vistas del atardecer que se pueden apreciar. En realidad nos encontramos sobre las ruinas de una antiguo templo budista hoy coronado por el Templo de Oro. La creencia budista dice que no se pueden destruir los templos, así que lo que parece una colina es en realidad un templo abandonado y reconvertido por la naturaleza y el hombre. Bajo nuestros pies se calcula que descansan los cuerpos de trescientos mil tailandeses víctimas de la peste. Y es que este templo fue un crematorio con unas excepcionales vistas que nos acerca al final del viaje y de nuestra visita a Bangkok.

Plaza Siam

Como última recomendación baste un apunte gastronómico. La cocina tailandesa en poco se parece a la mediterránea. Aquí hay que pedir en el menú el pato cantones y los fideos al estilo “pad thai”. En la plaza Siam es fácil encontrar bares y restaurantes entre otros comercios con los que completar los regalos a la vuelta del viaje. En muchos de estos establecimientos de comida sirven curry verde, amarillo, con carne, pescado y con verdura, pero siempre muy picante, para dejar buen sabor de boca del viaje a Bangkok.