Lisboa es una de las ciudades más agradables para hacer un viaje sin salir de Europa. Una capital cómoda para andar por ella, con varios medios de transportes -entre los que me quedo con el tranvía-, un clima cálido, mucho sol -la llaman la ciudad de la luz natural-, infinidad de restaurantes y de lugares que visitar. En esta ocasión no me propongo realizar una ruta por Lisboa, sino recopilar información práctica para organizar el viaje y aprovechar el dinero y el tiempo al máximo.

Transportes

Hay varias formas de recorrer Lisboa y todas tienen interesantes ventajas. Por supuesto hay que subir a algunas de las cinco líneas de tranvía que atraviesan los barrios más populares. Los autobuses también son bastante eficientes, aunque si se trata de ganar tiempo lo mejor es acudir al metro, o al tren si el viaje nos lleva localidades próximas como Sintra.

A los medios de transporte “oficiales” se han sumado en los últimos años los ineludibles autobuses de “hop on hop off” y algo que aún no se ha implantado en España, los “tuc tuc”.

En los tranvías la línea 28 es la más turística. Recorre sobre raíles y al ritmo de la maderas de los coches las calles del barrio Alto, Chiado, la Estrella y la Alfama. El recorrido dura más de 40 minutos de un extremo al otro. Lo ideal es tomar el “Elétrico 28” en la Rua da Conceiçao, que está aproximadamente en la mitad del recorrido. Aquí se puede enlazar con la línea 15, con la que llegar desde la Plaza del Comercio al popular barrio de Belém. La línea 12 es circular, hace el recorrido de la 28 por la Alfama pero ahorrando el paso por algunas calles. Y la línea 18 sube desde la estación de Cais Sodré hasta el cementerio -solo funciona los días laborables-.

Cuidado con los horarios. Si te subes en el tranvía después de las 5 de la tarde es posible que tengas que bajarte en mitad del trayecto porque el coche se va a cocheras -algo especialmente incómodo si vas en la línea 15-.

Precios

Los precios de los transportes públicos en Lisboa son bastante asequibles, salvo en el caso de los tranvías:

  • Bus: 1,60 €
  • Metro: 1,40 €
  • Tren: 2,40 € (hasta Sintra)
  • Tranvía: 2,85 €

Hay dos tarjetas a modo de “bono bus” turístico que permiten ahorrar mucho en el transporte.

La tarjeta “7 colinas” y “Viva Viagem” permiten subir y bajar cada vez que quieras del autobús, tranvía y metro durante 24 horas por solo 6 €. Otra alternativa es la tarjeta “Lisboa Card”, que además te permite entrar gratis en varios monumentos y museos y beneficiarte de descuentos en varios establecimientos.

Antes de pasar a otro asunto no me quiero dejar atrás a los “tuc tuc”. Estos “carricoches” son muy populares en India y países del sudeste asiático. En Lisboa el ayuntamiento tiene limitado el número a 170 y una ley pretende que en dos años todos sean eléctricos.

Los “tuc tuc” pueden recorrer cualquier calle. Lo mejor es acordar con el conductor o conductora el itinerario y el precio antes de subir. Pero ten en cuenta que existen varias calles donde no son bienvenidos. El entorno del castillo está vetado para los tuc-tuc, así que es posible el conductor no se arriesgue a la multa y te deje unas calles antes, en medio de la cuesta.

Night view of Lisbon and of the 25 de Abril Bridge, Portugal

Horario

Está ahí al lado, pero los horarios de Portugal son apreciablemente distintos de los horarios españoles.

En Lisboa los medios de transporte comienzan a circular a las 5:30 de la madrugada. No es un capricho. Es porque a esa intempestiva hora comienza la vida comercial y laboral. El metro funciona hasta la 1 de la madrugada, pero hay estaciones que cierran a las 9:30 de la noche, así que ¡cuidado!

Los horarios de las comidas también son diferentes a los que tenemos en España. Se puede decir que van con el horario solar, es decir, que viven dos horas antes que nosotros. El desayuno se puede pedir hasta las 9, el almuerzo es de 12 a 14 y la para cenar es aconsejable que a las 6 comiences a buscar sitio y nunca más tarde de las 8. Recuerda que a las 9 la oferta de transportes públicos se reduce drásticamente.

Cómo ahorrar en Lisboa

Aparte de la tarjeta de transporte, se puede ahorrar bastante en el viaje y dedicar el excedente del presupuesto a una buena cena. Por cierto, para cenar he descubierto un coqueto restaurante en el mirador de Santa Luzia, se llama Canto da vila. Por las noches un joven toca la guitarra, permitiendo degustar un exquisito menú en el salón interior -decorado con mucho gusto- o en la terraza de fuera.

A lo que iba: cómo ahorrar. No merece la pena pagar por las vistas de Lisboa. Me explico. Hay varios miradores gratis que no requieren de pagar 5 euros como en el caso del mirador de Santa Justa o del castillo de San Jorge. Tan solo hay que patear las calles para encontrar lugares idílicos desde los que contemplar a la fabulosa Lisboa. Además la ciudad tiene un añadido. Todos los edificios tienen la misma altura, así que nada entorpece la vista de una ciudad que se baña de la luz del Tajo.

Para escuchar fado lo mejor es el barrio de Chiado. Toma la línea 28 y baja en la plaza de Camoes. Desde allí sigue subiendo por las calles que quedan a la derecha. A partir de las 6 de la tarde comienzan los sones del fado. En el barrio de la Alfama también son varios los restaurantes que aderezan la cena con conciertos en directo.

Por último: varias jóvenes empresas ofrecen rutas gratuitas (se paga la voluntad). Aprovéchalas. Pero huye de las rutas de pago, no merecen la pena. Lo mejor es caminar por Lisboa, sino lo ha hecho, te enamorará.